Elaboración
¿A quién no le gustan las albóndigas de la abuela? ¡Menudos recuerdos nos traen! Por esa razón, hoy vamos a homenajear a nuestras abuelas. Por todo lo que han trabajado, por todo lo que nos han cuidado y por lo bien que nos han dado siempre de comer. Por eso, vamos a (intentar) hacer un plato muy típico de nuestra infancia y al que tanto cariño le tenemos: albóndigas de Ternasco de Aragón.
Pero antes os queremos hacer una pregunta: ¿Sabíais que la palabra albóndiga es de origen árabe? Viene de la palabra «al búnduga», y es como llamaban a las pequeñas bolitas de carne que ponían en las sopas. Aunque, en realidad, las llamaban así por su semejanza en tamaño y forma (redonda) a las avellanas. Ala pues, ahora ya podemos empezar.
Preparación del albondigón:
Antes de hacer la masa de las albóndigas, lo primero que vamos a hacer es dejarnos todos los ingredientes a mano, picar bien la carne de Ternasco de Aragón (en caso de que no nos la hayan picado en la carnicería) y poner la miga de pan en remojo con la leche.
Ahora sí, comenzamos poniendo en un bol el ajo muy picadito, la carne de Ternasco de Aragón, el huevo, la miga de pan que acabamos de poner en remojo con leche, el perejil picado, la cebolla tierna, 200 gr. de setas bien cortaditas y un poquito de sal. Mezclamos bien todos los ingredientes hasta que quede uniforme.
Una vez todo bien mezclado, hacemos los «albondigones» o pequeñas albóndigas, al gusto, las pasamos por harina y las freímos con abundante aceite. Una vez que estén doraditas por fuera las reservamos.
Preparación de la salsa:
Ponemos en una sartén – a fuego suave – una cebolla tierna junto a un diente de ajo. Todo bien picadito. Cuando se empiecen a dorar los ajos y las cebollas, añadimos una picada de 5-6 almendras tostadas y piñones, así como el resto de las setas y sofreímos un poco más. A continuación, añadimos un vaso de vino blanco, un vasito de nata líquida y molemos sobre la salsa un poco de pimienta. Podemos añadir también un poco de agua o caldo para dejar la salsa a nuestro gusto. Y por último, tras dejarlo cocer unos minutos, podemos triturar la salsa con la batidora. En este caso la hemos dejado sin triturar.
Para finalizar, ponemos en una cazuela los albondigones y la salsa de setas y cocemos a fuego lento durante unos 10 minutos para que se integren bien los sabores.
Emplatado:
Ponemos en un plato los albondigones que deseemos, vertiendo la salsa por encima y adornamos con un poco de perejil por ejemplo.
No sabemos si os saldrán como las de vuestra abuela, pero seguro que están deliciosas. 😉