Hoy nos hemos levantado con ganas de carretera. El despertador ha sonado temprano, pero no nos importa demasiado ya que tenemos por delante una nueva etapa repleta de historia, naturaleza, Ternasco de Aragón y vinos del Somontano. Suena bien, ¿verdad?
Aprovechando los primeros rayos de sol, dejamos atrás la bella comarca de Sobrarbe para alcanzar tierras ribagorzanas remontando el río Ésera en dirección a Campo. Aquí hay un curioso museo dedicado a la juguetería tradicional que no debéis dejar de visitar; seguro que a más de uno se os escapa una lagrimilla de nostalgia. Miramos al cielo y nos alegramos de ver que no somos los únicos madrugadores. Al norte de Campo se extiende una de las mejores zonas de vuelo en parapente de Aragón, y las siluetas de los primeros valientes ya se recortan sobre el cielo azul.
Una ruta cargada de patrimonio
A continuación nos adentramos en el centro de la comarca para visitar una auténtica maravilla del románico aragonés: el monasterio de Obarra. Si bien el propio edificio ya justifica nuestra presencia aquí, no podemos dejar de admirar las grandes moles de piedra que lo rodean. Ahora comprendemos por qué esta es un área de referencia para muchos aficionados a las vías ferratas. De hecho, en el mismo congosto de Obarra se encuentra la Croqueta de Obarra, ferrata por excelencia para los amantes de esta disciplina.
El monasterio no ha hecho más que abrir nuestra hambre de patrimonio, por lo que volvemos sobre nuestros pasos a través de la carretera A-1065 en dirección a Roda de Isábena, nuestra siguiente parada. Ubicada en lo alto de un elevado cerro, esta localidad cuenta con el curioso record de ser la sede catedralicia más pequeña de España. Así es, Roda de Isábena fue sede episcopal y capital del condado de La Ribagorza durante el siglo X, y parte de la grandeza de su pasado se traduce en el magnífico patrimonio que conserva hoy en día. ¿Os lo podéis imaginar?; un pueblo de apenas 100 habitantes con toda una señora catedral románica. Roda de Isábena resulta además un lugar perfecto para estirar las piernas. Antes de arrancar de nuevo la moto nos dirigimos al mirador de la localidad para contemplar una de las mejores vistas del valle.
La de hoy está resultando ser una etapa cargada de historia y patrimonio, así que seguir rodando hasta Graus parece ser la elección más racional. Esta localidad es conocida por todos los amantes del buen comer gracias a su famosa longaniza, una especialidad local que cuenta hasta con una festividad propia que se celebra todos los años en el mes de julio. Pero además, Graus es famosa por otros motivos como su impresionante y colorista plaza mayor o por el espectacular santuario de la Virgen de la Peña. Entre los personajes ilustres asociados a este lugar podemos citar a Joaquín Costa y a Ignacio Zuloaga, que plasmó en varias de sus pinturas la esencia de la localidad. ¿Las habéis visto?
Antes de abandonar La Ribagorza, queremos acercarnos hasta Benabarre para contemplar su castillo. Bueno, para eso y para probar sus famosos quesos y chocolates artesanales, claro. A tan solo unos 30 kilómetros de aquí se encuentra el desfiladero de Mont Rebei. Este lugar es parte de la frontera natural entre Aragón y Cataluña y ofrece una ruta senderista con pasarelas colgantes y escaleras adosadas a la roca. Nos encantaría ir hasta ahí, pero nuestra hoja de ruta marca la dirección contraria. En otra ocasión, prometido.
Nos adentramos en el Somontano, tierra de vinos
Suponemos que no hace falta explicar a nadie que Somontano de Barbastro es una de las principales zonas de producción vinícola de Aragón y España. La capital de esta comarca es Barbastro, y es ahí donde nos dirigimos a través de un paisaje moteado por largas hileras de vides.
Esta ciudad respira historia y patrimonio, pero también sabe a cocina tradicional y buenos vinos . Nada más aparcar nos dirigimos a la catedral y aprovechamos para visitar el Museo Diocesano, que se encuentra casi pegado a la misma, en el edificio del Palacio Episcopal. Al bajar de la moto nos ha entrado un poco de hambre, así que repasamos nuestra lista de lugares recomendados que, por cierto, participan estos días en el Concurso del Ternasco de Aragón. Trasiego es un establecimiento con cocina de temporada dividido en dos ambientes diferentes; El Patio ofrece un espacio innovador donde se apuesta fuerte por el producto; La Nueva Barrica cuenta con una propuesta de corte tradicional donde el tapeo también tiene protagonismo; y Victoria Gastrobar trabaja el producto de siempre para ofrecer tapas y platos muy atractivos. Difícil elección, ¿no os parece? Al final hemos optado por la vía del medio y hemos hecho una ruta de tapas por todos ellos.
Bollito en guiso de Ternasco de Aragón Thai – Propuesta del Trasiego de Barbastro para El Concurso del Ternasco de Aragón 2018
Ternasco de Aragón al Chilindrón a nuestra manera – Propuesta de la Taberna el Patio de Barbastro para El Concurso del Ternasco de Aragón 2018
Chuletilla de Ternasco de Aragón al estilo japonés – Propuesta de La Nueva Barrica de Barbastro para El Concurso del Ternasco de Aragón 2018
Paletilla de Ternasco de Aragón con cremoso de vainilla – Propuesta del Victoria Gastrobar de Barbastro para El Concurso del Ternasco de Aragón 2018
*Encontraréis estas y otras propuestas gastronómicas de la provincia de Huesca en la web del Concurso del Ternasco de Aragón 2018.
Barbastro es un lugar que merece una visita tranquila. Además de los ya mencionados, cuenta con monumentos como la iglesia de San Francisco, el palacio Argensola o el monasterio de Nuestra Señora del Pueyo, ubicado a las afueras. En sus alrededores encontramos otras poblaciones de interés como Monzón y su castillo de la Orden del Temple.
Luego está el vino, claro, cuya presencia impregna cada rincón de esta comarca. Es una pena que nuestro medio de locomoción nos impida degustarlo como bien merece. De todas formas, nos han comentado que La Ruta del Vino ofrece una interesante alternativa en forma de autobús que, en determinadas fechas, articula experiencias vinícolas por la comarca. Nosotros nos lo dejamos bien apuntado, ¿y vosotros?
Agotamos nuestro tiempo en Barbastro antes de salir de nuevo a la carretera y apuntar la brújula hacia nuestra última parada: Salas Bajas. Esta pequeña localidad es un lugar tranquilo y apacible para pasear y respirar aire limpio. Pero además, en sus proximidades se encuentran varios productores de la D.O.P. Somontano. ¿O pensabais que nos íbamos a quedar sin probar una copa de vino? Ahora que podemos dejar la moto apartada, visitamos alguna bodega y buscamos un sitio donde cenar; el restaurante L’Usuella parece el lugar adecuado.
Wantón de Ternasco de Aragón – Propuesta del restaurante L´Usuella de Salas Bajas para El Concurso del Ternasco de Aragón 2018
*Encontraréis estas y otras propuestas gastronómicas de la provincia de Huesca en la web del Concurso del Ternasco de Aragón 2018.
Carne de cordero, unos vinos D.O.P Somontano y a dormir temprano. Parece un buen plan para reponer fuerzas antes de la etapa de mañana, que nos llevará hasta entornos naturales privilegiados y a pequeñas ciudades en las que se escribieron algunos de los capítulos más decisivos de la historia de Aragón.
¿Todavía no sabéis donde empezó la RUT.A. Ternasco de Aragón? Eso es porque os perdisteis la primera entrega en la que recorrimos la Jacetania, el Alto Gállego y el Sobrarbe.