Hoy afrontamos la cuarta etapa de la RUT.A. Ternasco de Aragón. Después de completar nuestra visita a Huesca, vamos a recorrer el Prepirineo visitando lugares como Bolea, Ayerbe, Loarre, Riglos, San Juan de la Peña o Santa Cruz de la Serós. Un final de etapa lleno de arte y naturaleza que vuelve a tierras de La Jacetania.
No hace mucho tiempo que el sol ha comenzado a brillar cuando dejamos el hotel dispuestos a afrontar una etapa más de nuestra ruTA. Hoy, la carretera nos va a llevar hasta algunos de los lugares más impresionantes del Prepirineo aragonés. Pero primero tenemos alguna cosa más que ver en Huesca, así que… ¡en marcha!
Compartiendo la calle con los más madrugadores de la ciudad, nos acercamos hasta la catedral de Santa María para contemplar su espectacular pórtico gótico, bien guarecido bajo un amplio alero volado de madera. Junto a ella se encuentra el Museo Diocesano y, en el otro extremo de la plaza, se alza el ayuntamiento. Este es un buen ejemplo de construcción renacentista y en su interior se puede ver el famoso cuadro La campana de Huesca, obra de José Casado del Alisal.
Para quienes no lo sepan, la campana de Huesca es una famosa leyenda local registrada en la Crónica de San Juan de la Peña y según la cual, a comienzo del siglo XII, Ramiro II el Monje decapitó a doce nobles díscolos con la excusa de hacerles testigos de la fabricación de una campana tan grande que su tañido se escucharía en todo el reino. ¡Vaya genio que debía de gastar!
De camino al lugar donde tenemos aparcada la moto, pasamos por delante de la basílica de San Lorenzo. Aquí se guarda todo el año el famoso busto de plata del patrón de la ciudad en espera de que, cada 10 de agosto, salga en procesión durante uno de los actos más representativos de las fiestas mayores de la ciudad.
Ya montados sobre dos ruedas, tomamos la carretera A-132 y dejamos atrás el perfil redondeado y contemporáneo del Centro de Arte y Naturaleza (CDAN) en dirección a Plasencia del Monte para visitar la antigua parada del mítico Canfranero. Hemos desayunado ligero, así que aprovechamos esta parada para visitar El Cobertizo y probar la tapa de Ternasco de Aragón con la que participan en el Concurso 2018.
Esférico de Ternasco de Aragón con esencia de bosque y mi bandera, un puntazo – Propuesta del restaurante El Cobertizo para El Concurso del Ternasco de Aragón 2018
Ya con el estómago satisfecho, la ruT.A. continúa por la misma carretera hasta que llegamos a Bolea, nos topamos con la inevitable presencia de la colegiata de Santa María la Mayor y nos asalta el aroma de las cerezas que se cultivan en la localidad. Por supuesto, no nos vamos a ir sin probarlas. Pero tampoco sin visitar Casa Rufino para degustar un plato que está elaborado con cerezas precisamente.
Ternasco de Aragón con miel y Cerezas de Bolea – Propuesta de Casa Rufino para El Concurso del Ternasco de Aragón 2018
¿Y si os preguntamos cuál de los castillos oscenses es uno de los más conocidos de España? ¿Qué contestaríais? Nosotros diríamos que Loarre, por supuesto, y ahí nos dirigimos a continuación. El castillo de Loarre fue, junto a la colegiata de Alquézar, parte de la línea defensiva musulmana que trataba de frenar el avance cristiano del norte. Desde entonces, esta imponente edificación ha pasado por múltiples manos y ha cumplido varios papeles a lo largo de la historia. A nivel artístico, se trata de una de las fortalezas románicas mejor conservadas de toda Europa, hecho que podemos comprobar de primera mano asistiendo a su visita guiada. Por cierto, ¿habéis visto El reino de los cielos? Si lo habéis hecho, ya sabréis que este lugar tiene un especial protagonismo en la famosa película de Ridley Scott.
Antes de continuar, nos acercamos al Centro de Visitantes Castillo de Loarre para echarnos al cuerpo un bocata de Ternasco de Aragón que nos han recomendado. Y de esta forma daremos por atendidos los asuntos del comer.
Ternasco, Tierra, Trashumancia – Propuesta del Centro de Visitantes del Castillo de Loarre para el Concurso del Ternasco de Aragón 2018
*Encontraréis estas y otras propuestas gastronómicas de la provincia de Huesca en la web del Concurso del Ternasco de Aragón 2018.
A tan solo 7 kilómetros de Loarre se encuentra Ayerbe, hogar de empanadicos, dobladillos y buenos vinos adscritos a la IGP Ribera del Gállego – Cinco Villas. Un lugar ideal para echar el postre junto a un buen café. Antes de partir de nuevo podemos recrear la vista con dos grandes obras de arquitectura civil como son la torre del reloj y el palacio de Ayerbe o de los marqueses de Urries.
Empalmamos con la carretera A-132 y pasamos por Murillo de Gállego. Este lugar bañado por las aguas del río que le da nombre es el centro de una importante área para la práctica del rafting y otros deportes acuáticos similares. Pero no solo de remar vive el deportista que visita estas tierras, pues estamos a muy poca distancia de uno de los lugares por excelencia para la práctica de la escalada: los Mallos de Riglos. Un poco más adelante en la misma carretera, sobre una curva que se cierra a la derecha, hay un pequeño mirador donde detenemos la moto para contemplar el conjunto de este espectacular paisaje de roca caliza cubierta por arena y arcilla. Los mallos son impresionantes desde lejos, pero detenernos a sus pies nos corta la respiración. Desde abajo, las siluetas de los escaladores compiten en protagonismo con los buitres que sobrevuelan este espacio. Existe un sendero que permite rodearlos a pie y disfrutar de las vistas que ofrecen sus cotas más elevadas. Asimismo, y para los amantes de la ornitología, varios miradores como el de Sarsamarcuello nos acercan hasta un hábitat más propio de las grandes aves que anidan en los alrededores. Los de Riglos no son los únicos mallos de la zona, en Agüero se encuentra un segundo conjunto igualmente interesante.
Nuestra etapa de hoy alcanza su fin, pero lo va a hacer de manera espectacular. La estrecha carretera A-1205 nos lleva hacia el norte, de vuelta a la comarca de La Jacetania, para visitar el monasterio de San Juan de la Peña. Unamuno describió este lugar como “la boca de un mundo de peñascos espirituales revestidos de un bosque de leyenda”. Entendemos la fascinación del famoso poeta. Este conjunto está compuesto por dos espacios diferentes: el monasterio viejo y el nuevo. Ambos son igual de interesantes, aunque el viejo destaca por lo impresionante de su ubicación, entre aplastado, cobijado y mordido por una enorme mole de piedra. La visita de ambos monasterios puede completarse en sus dos centros de interpretación, uno dedicado a la historia del lugar y otro a la del Reino de Aragón.
Cansados, pero satisfechos por todo lo visto y aprendido durante el día de hoy, ponemos dirección a Santa Cruz de la Serós, un precioso lugar situado a los pies del monasterio viejo muy reconocido por su arquitectura tradicional, con paredes de almohadillado de piedra y losas para el tejado . Aquí paseamos por sus calles, admiramos su iglesia y disfrutamos de la hospitalidad de sus gentes con una buena cena y algo de beber. Mañana dejaremos atrás la provincia de Huesca para adentrarnos en tierras zaragozanas. ¡Las Cinco Villas nos esperan!
Si habéis llegado hasta aquí, no os perdáis la RUT.A. 3. Os espera un recorrido fascinante desde el Somontano hasta la ciudad de Huesca.