Comenzamos nuestro viaje por Aragón recorriendo algunos de los lugares más emblemáticos de su Pirineo: Jaca, Biescas, Sallent de Gállego, Torla, Broto, Boltaña y Aínsa serán los puntos de referencia de esta jornada. ¡El Pirineo aragonés nos espera!
Nuestro viaje por el Aragón más fascinante comienza en Jaca, punto clave del Pirineo aragonés y principal puerta de entrada al mismo desde Navarra. Antes de lanzarnos a la carretera, hemos podido disfrutar de la hospitalidad de esta ciudad que fue morada de los primeros reyes de Aragón. La magnífica catedral románica de San Pedro y la Ciudadela son algunos de los ejemplos de su relevancia histórica y artística. Además, ¡el foso de la Ciudadela está lleno de ciervos! Tras desayunar y pasear por sus calles, ponemos el cuentakilómetros en marcha. Nuestro plan es avanzar hacia el centro del Pirineo. Pero antes, nos vamos a desviar por la carretera E-7 en dirección norte para presentarnos ante la Estación Internacional de Canfranc. Este edificio es una auténtica joya de la arquitectura modernista española que bien merece una visita.
Llegamos al valle de Tena
Tras pasear por este histórico lugar, enfilamos la carretera N-330 en dirección al valle de Tena, que recorreremos de un tirón hasta la frontera francesa para poder visitarlo tranquilamente de norte a sur. Así, hacemos nuestra primera parada en Sallent de Gállego. De camino hemos podido observar los remontes de las estaciones de esquí de Formigal y Panticosa, y nos han entrado ganas de respirar el aire fresco de estas latitudes. Este es un paisaje de primera; un entorno perfecto para practicar montañismo, senderismo y otros deportes de aventura durante todo el año. Pasear por Sallent de Gállego siempre es un placer. Nos acordamos de Fermín Arrudi, el gigante de Sallent, un famoso personaje popular que vivió a comienzos del siglo XX y llegó a medir 2,29 metros de altura. Imaginaos… ¡debía de ser enorme para esa época! Como somos de buen comer, vamos a recargar energía con un vermú en el bar Biloba, situado en el centro de la localidad.
T.A.co de Ternasco de Aragón guisado – Propuesta del bar Biloba de Sallent de Gállego para El Concurso del Ternasco de Aragón 2018
Seguimos conduciendo a través de la pequeña carretera que conduce a Lanuza mientras pensamos en su pasado despoblamiento. Ahora, el lugar está tan activo que cada verano, y desde hace décadas, acoge un festival que seguro que todos conocéis: Pirineos Sur. Retomamos la vía principal visitando pueblos como Tramacastilla de Tena u Hoz de Jaca, donde nos detenemos a admirar el paisaje desde su espectacular mirador colgante, solo apto para gente sin vértigo. Y a punto de alcanzar la entrada del valle, la cascada de la ermita de Santa Elena nos recuerda lo mucho que ha llovido este año. ¡Con suerte podréis ver La Gloriosa en acción! Es una fuente intermitente que de vez en cuando suelta una gran cantidad de agua. ¡Es espectacular!
Nuestra siguiente parada es Biescas. Aquí nació el famoso ciclista Fernando Escartín, así que tal vez no sea casualidad que este sea uno de los puntos de paso de la Quebrantahuesos, una de las marchas cicloturistas más importantes de Europa. En la plaza nos encontramos con unos amigos y charlamos sobre lo bien que lo pasamos siempre en la Feria de Otoño, que se celebra cada año en el mes de octubre y es una de las muestras ganaderas y alimenticias más importantes de Aragón. Tanto hablar de comida nos lleva hasta el restaurante Saborea, un establecimiento con una interesante propuesta gastronómica en la que no falta el Ternasco de Aragón.
Buñuelo con corazón de Ternasco de Aragón guisado – Propuesta del restaurante Saborea de Biescas para El Concurso del Ternasco de Aragón 2018
Antes de cambiar de valle, no podemos olvidarnos de mencionar la ruta por las iglesias del Serrablo. Un conjunto de 12 templos catalogados como estilo románico temprano o mozárabe, cuya construcción data de los siglos X y XI. Forman un conjunto patrimonial muy característico de esta parte del Pirineo. Algunos de los más representativos son la iglesia de San Juan de Busa, la iglesia de San Pedro de Larrede, la ermita de San Bartolomé de Gavín o la iglesia de Santa Eulalia de Susín. ¡No dejéis de visitarlos!
De camino hacia la comarca de Sobrarbe
Arrancamos de nuevo con vistas al puerto del Cotefablo siguiendo las curvas de la carreta N-260. Enseguida alcanzamos localidades como Torla. Desde aquí se toma el desvío hacia ese encantador y despoblado lugar que es el valle de Bujaruelo, pero también hacia el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Este parque fue declarado como tal en 1918 y es una referencia fundamental para todos los amantes de la naturaleza. Su mayor altura está en los 3.355 metros del pico Monte Perdido y ofrece algunas magníficas excursiones como la que conduce hasta la Cola de Caballo a través de las Gradas de Soaso. El parque cuenta con un atractivo excepcional en la figura del quebrantahuesos; su presencia es notable en todo el terreno protegido, pero la ruta de los miradores de Revilla, ubicada en las gargantas de Escuaín, es uno de los lugares preferidos por los aficionados a la ornitología. Nos encantaría pasar el día aquí, pero aún nos quedan unos cuantos kilómetros por recorrer hoy.
La siguiente parada es Broto. Desde la carretera destaca el sólido perfil de la torre de la iglesia de San Pedro, rematada con unas almenas que la dotan de un aspecto entre edificio religioso y militar. Seguimos atravesando la comarca del Sobrarbe y pasamos por lugares como Fiscal o Jánovas, otro pueblo que empieza a superar la triste historia del despoblamiento gracias a la voluntad y el trabajo de sus vecinos. ¡Bien por ellos!
Llegamos a Boltaña buscando la belleza de sus calles. Los detalles arquitectónicos de sus casas, su castillo, o la colegiata de San Pedro son solo algunos ejemplos de la riqueza del lugar. Los vecinos nos indican cómo llegar hasta su piscina natural a orillas del río Ara y nos acercamos hasta ella esperando que el agua no esté muy fría. Tras refrescarnos, y con las canciones de su famosa ronda sonando en nuestra cabeza, partimos de Boltaña para recorrer los pocos kilómetros que nos separan de Aínsa.
Este es un lugar especialmente atractivo. Históricamente, la villa de Aínsa surge en torno a su castillo, del que se conservan interesantes restos y donde todos los años se celebra un festival folclórico. Este año tiene lugar del 5 al 8 de julio. La localidad es el centro de un entorno de gran belleza natural, riqueza patrimonial y múltiples posibilidades deportivas. Al norte, la localidad de Bielsa es famosa por sus carnavales, que suponen una de las mayores experiencias etnográficas del Pirineo. El río Cinca ve cada año cómo las navatas vuelven a descender por sus aguas rememorando el antiguo transporte fluvial. Los amantes del deporte tienen a su disposición senderos, barrancos, montañas y todas las rutas que componen Zona Zero, uno de los mayores centros btt de Europa.
La tarde ya está avanzada y Aínsa parece un lugar perfecto para terminar la etapa de hoy, así que buscamos un sitio donde relajarnos tomando una cerveza fría y algo para cenar. Mañana nos esperan más kilómetros y nuevos lugares por descubrir en otra etapa de nuestra ruTA que, además, tendrá aromas de bodega.
¿Os ha gustado la primera RUT.A.? Pues os dejamos la segunda entrega en la que nos adentramos en pleto Somontano.