La Fresneda es, para muchos, la joya del Matarraña. Se trata de una bellísima localidad declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1983 que conserva numerosos iconos patrimoniales de gran importancia histórica para el lugar, como las ruinas de un castillo de origen árabe o la iglesia de Santa María la Mayor de origen medieval. ¿Os gustaría recorrerla? ¡Bienvenidos de nuevo al Matarraña!
Tras visitar otras localidades en busca de los rincones más fascinantes del Matarraña (también Matarranya) como Valderrobres, Beceite o Calaceite, entramos de lleno en nuestro siguiente destino; la bellísima localidad de La Fresneda. La que es, para algunos, la joya de esta comarca. Y no es de extrañar, hay rincones tan bonitos que incluso cineastas de la talla de Vicente Aranda o Jesús Font los eligieron para aparecer en películas como Libertarias y La vida aquí. ¿Las habéis visto?
La Fresneda es una localidad que conviene recorrer sin prisa. Situada estratégicamente en la falda y en la cima de una colina, ofrece unas extraordinarias vistas panorámicas difíciles de igualar. Posiblemente, esa sea la razón por la que nuestra visita comienza en la parte más alta. Concretamente, el mirador de Santa Bárbara, donde se encuentran las ruinas de la ermita de Santa Bárbara (siglo XVII), localizado en lo alto de un cerro frente al castillo que luego recorreremos.
El breve sendero de acceso a la ermita, que comienza en la calle Horno Alto, conserva restos de capillas alojadas en cuevas y dedicadas a San Juan Bautista y San Mateo.
Hay que decir que este lugar es pura magia. Dicen que la ermita se levantó aquí porque este lugar cuenta con diversos vórtices energéticos. Sorprendentemente, solo con dar un paseo alrededor de la ermita es posible distinguir multitud de signos y marcas esculpidas en las rocas por diferentes civilizaciones, posiblemente relacionadas con la observación astronómica o con algún tipo de ritual o sacrificio.
En cuanto a la ermita en sí, lamentablemente fue utilizada como baluarte defensivo durante las guerras carlistas y otras posteriores, motivo por el que quedó prácticamente destruida. Aunque en los últimos años se han realizado diversas obras de restauración con fines culturales.
Tras deleitarnos con este lugar, regresamos por el mismo sendero de acceso a la ermita y nos dirigimos a la parte alta del cerro de la localidad. Justo ahí se encuentra un antiguo cementerio medieval, así como las ruinas del castillo-fortaleza de origen árabe que presidía la ciudad siglos atrás. Actualmente, solo se conservan restos de la torre y de la muralla, así como el escudo de la Orden de Calatrava. ¿Quién no se ha hecho una foto desde la parte alta de la muralla?
Unos metros más abajo del castillo, siguiendo por un sendero, se encuentra la iglesia de Santa María la Mayor, de origen medieval. Un tempo levantado en el siglo XIII, aunque hay quien cree que pudo haber sido construida sobre una antigua mezquita. A lo largo de la historia, ha sufrido diversas ampliaciones y remodelaciones hasta conseguir el aspecto actual. Sobre todo en el siglo XVII, momento en el que se redefinió la estructura completamente – aprovechando el templo gótico – hasta adoptar el aspecto barroco actual.
Y si las vistas panorámicas de La Fresneda son espectaculares, el pueblo no se queda atrás. Es un placer pasear por sus estrechas y empinadas calles y disfrutar del extraordinario conjunto arquitectónico de la plaza Mayor – sin duda uno de los más bonitos de Aragón – con el edificio gótico-renacentista del Ayuntamiento (reproducido en el Pueblo Español de Barcelona) y su lonja, así como pasear por la calle Mayor contemplando las bellas edificaciones porticadas de los siglos XVI y XVII.
Otros lugares imprescindibles de la localidad por su gran importancia histórica son la Casa del Encomendador o Palacio de la Encomienda. Edificio del siglo XVI de estilo renacentista que sirvió como residencia del comendador de la Orden de los Calatravos. Dado su carácter monumental, este edificio también fue reproducido en el Pueblo Español de Barcelona; el Portal de Xifré que da acceso a la plaza Mayor; el Palacio del Marqués de Tosos del siglo XVI, situado en la Plaza Nueva; la iglesia de la Virgen del Pilar de estilo barroco (siglo XVII); el convento de los Franciscanos Mínimos (siglo XVI) o las mazmorras y cárcel de lujo (siglo XVI).
Con todo este repertorio de monumentos históricos, no es de extrañar que La Fresneda fuera declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1983. Es, sin duda, uno de los pueblos más bonitos de Aragón y de España, así como una de las joyas del Matarraña que nadie debería perderse.
Si todavía no habéis tenido la oportunidad de conocerlo no os lo penséis. ¡Os sorprenderá!
Si os ha gustado este paseo por La Fresneda, no os perdáis Valderrobres, Beceite o Calaceite.