¡Cómo nos gustan los churrasquitos de Ternasco de Aragón! ¿Los conocéis verdad? Claro que sí. Esos pequeños trozos adobados – y muy sabrosos – procedentes de la falda que se pueden disfrutar casi en cualquier lugar.
Una receta de cordero tan humilde como fácil de preparar, que gusta a pequeños y mayores por igual. Y sino que se lo digan a los 20 niños que participaron el pasado mes de septiembre en el taller de cocina del Restaurante Abba Mía de Huesca. ¡Salieron encantados con los churrasquitos de Ternasco!
Lo divertido de esta carne es que la podemos incorporar en un menú, servirla como snacks o aperitivos o incluso degustarla entre horas (directamente con los dedos o con cuchillo y tenedor), tanto en casa como en la calle. Y si os habéis fijado bien, últimamente está muy de moda – en algunos restaurantes o foodtrucks – servirlos en un cucurucho a modo de churros o patatas. ¡Una idea genial!
Para que no os quedéis con las ganas, os vamos a contar lo fácil que es elaborarlos.
Partiendo de que los vamos a disfrutar con 3 ó 4 amiguetes, necesitamos aproximadamente 1 kg de churrasquitos de Ternasco de Aragón. ¿Y dónde los compramos? Podéis hacer varias cosas. Ir a vuestro establecimiento de confianza y pedirlos. Si los tienen ya adobados perfecto y si los tienen sin adobar no hay problema, los podéis comprar así y adobarlos vosotros mismos.
Si cerca de vuestra casa no los encontráis, tranquilos. No os alarméis. ¡Qué no cunda el pánico! Tenéis una opción igualmente válida que es comprar churrasco de Ternasco de Aragón, trocear cada uno de los palitos a lo largo y adobarlos por vuestra cuenta.
En caso de que los tengáis que adobar en casa – ya vemos que podría darse el caso – lo podéis hacer con ingredientes como pimentón, comino, ajo o cebolla en polvo, vino tinto, aceite, sal y otras especias para complementar como tomillo, romero u orégano. Lo único que tenéis que tener en cuenta es que hay que dejar macerar los churrasquitos con todos los ingredientes al menos un par de horitas en la nevera.
Ahora sí, con los churrasquitos ya macerados la elaboración es muy pero que muy fácil. Se pueden cocinar fritos con poquito aceite en una sartén o una plancha, o incluso en abundante aceite bien caliente, como si de unas croquetas se tratase. Una vez que estén bien doraditos, los dejamos escurrir bien y los ponemos sobre papel absorbente para que se escurra todo el aceite.
Otra opción – igual de sabrosa pero más saludable que las anteriores – es hacerlos al horno, colocándolos en una bandeja – sin aceite – y horneándolos hasta que queden bien “churrascaditos y crujientes”.
Si elegimos esta segunda opción, nos costará – normalmente – unos 30 minutos con el horno de casa ya precalentado a 200 grados.
¡Voila! ¡Un plato divertido y súper sabroso! 😉