Hoy os vamos a hablar del carrillón de Ternasco de Aragón IGP. Un corte extraordinariamente sabroso, tierno y jugoso que se obtiene a partir del cuello deshuesado. Si queréis saberlo todo sobre esta interesante parte del cordero no os perdáis este post. Vamos allá.
Cada año, al llegar el frío, recuperamos de nuestro recetario un montón de platos olvidados (en muchas ocasiones) durante los meses más cálidos del año. Recetas contundentes, servidas bien calentitas en forma de guiso o asado, de esas que te recuperan el cuerpo y el espíritu. Hablamos de esos asados o guisos de base tradicional, elaborados con partes del cordero como el cuello (de donde obtenemos el carrillón de ternasco) o el tajo bajo. Cortes mucho menos valorados que la paletilla y las costillas pero que, sin embargo, son extraordinariamente sabrosos, tiernos y jugosos.
Si bien hace unos días nuestra protagonista fue la falda de Ternasco de Aragón (también llamada tajo bajo), hoy os queremos hablar del cuello. El cuello (también llamado pescuezo) es un corte del cordero algo gelatinoso cuya carne es muy jugosa por lo que es ideal para asarlo entero en horno. Pero en caso de que prefiramos cortarlo en trozos es perfecto para elaborar guisos, calderetas, estofados, ranchos o incluso sopas.
A partir de un cuello entero se pueden obtener varias referencias:
- Collares. ¿Los recordáis? Son unas rodajas de cuello con hueso, de unos 10-12 milímetros de anchura, que resultan perfectas a la plancha, a la brasa o guisadas. Encontraréis toda la formación sobre este corte aquí.
- Carrillón. Es el cuello deshuesado, limpio y separado en dos piezas iguales de unos 350 gramos cada una.
- Filete de carrillón. Para obtener el filete de carrillón basta con abrir cada una de las dos piezas del carrillón en dos filetes.
*Importante: en caso de querer hacer un filete de carrillón a la plancha o a la brasa es recomendable dar unos pequeños cortes a cada filete en forma de rombo para que no se encojan. Podéis observar esos pequeños cortes a continuación.
Y ahora que sabéis (casi) todo sobre este espectacular corte, os proponemos elaborar la siguiente receta: carrillón de Ternasco de Aragón IGP al vino rancio. Para ello vamos a usar el carrillón, la segunda referencia que os hemos citado justo encima de la foto. ¿Os atrevéis? Comenzamos.
Ingredientes para 4 personas
- 2 carrillones de Ternasco de unos 350gr cada uno
- 2 alcachofas
- 4 champiñones
- 1 puerro
- 2 cucharadas de mantequilla
- ½ cebolla
- 1 zanahoria
- 2 litros de vino rancio de bodega
- 50 gr de harina
- Sal, pimienta negra, orégano
- 50 ml de Aceite de oliva virgen extra
Preparación del carrillón de Ternasco de Aragón cocinado al vino rancio
Comenzamos la receta lavando, picando y rehogando la cebolla, la zanahoria y el puerro en la mantequilla derretida a fuego lento.
A continuación, pelamos las alcachofas, las cortamos en cuartos y las añadimos al guiso junto a los champiñones enteros. Rehogamos todo junto y reservamos.
Es momento de preparar el carillón de Ternasco de Aragón. Para empezar, salpimentamos los filetes de carillón, los enharinamos y los freímos en aceite de oliva virgen extra.
Una vez listos, los añadimos a la perola de las verduras que tenemos reservada y añadimos orégano y sal al gusto. Para finalizar, regamos con un buen chorro de vino rancio y horneamos todo junto durante 2 horas a 150 grados.
¡Listo! Solo falta emplatar y disfrutar. Una forma muy sencilla de preparar un plato extraordinario. Un plato para triunfar. 😉
Como siempre, os dejamos la videoreceta para que no os quede ninguna duda:
> Si os gusta este tipo de elaboraciones, no os perdáis esta otra receta elaborada con falda de Ternasco de Aragón IGP: falda de Ternasco de Aragón en blanqueta. ¡Extraordinaria! <<
*Esta receta pertenece a “Carnes con Estilo”. Una campaña desarrollada conjuntamente entre Ternasco de Aragón y Ternera Gallega con el objetivo de impulsar entre los consumidores el conocimiento de las figuras de calidad diferenciada amparadas por el sello de Indicación Geográfica Protegida (IGP).