La decimotercera etapa de la RUT.A. Ternasco de Aragón atraviesa los bellos rincones del Maestrazgo para culminar en el Matarraña, también conocido como la Toscana española. Dos comarcas con un excepcional patrimonio natural y un legado artístico de altura.
Al mismo tiempo que el sol comienza a dejarse ver por el horizonte, cargamos la moto dispuestos a abordar el Maestrazgo turolense en nuestro discurso hacia la comarca del Matarraña. Por el camino visitaremos lugares con mucho encanto que seguro os sorprenden. Sobra decir que estáis invitados a acompañarnos.
Abandonamos Mosqueruela tomando una estrecha carretera que discurre entre densos pinares y que nos lleva directamente hasta el centro de una abrupta zona natural donde predominan los cañones y los barrancos. Al poco rato llegamos a Cantavieja. Esta localidad cuenta con un bonito casco urbano medieval que ha sido declarado como Conjunto Histórico. Su fundación se atribuye a Amilcar Barca, padre del famoso general cartaginés Aníbal; habría sido curioso ver a este último con sus elefantes. Cantavieja nos ofrece varios lugares de interés como las iglesias de San Miguel y Nuestra Señora de la Asunción, de la que destaca su llamativa torre. A las afueras se alzan los restos de su castillo, que fue especialmente dañado durante las Guerras Carlistas. Estos episodios fueron tan intensos en Cantavieja que la localidad cuenta incluso con un museo dedicado a ellas.
La espectacular geografía del Maestrazgo
Continuamos nuestra RUT.A. por la carretera A-1702. El maestrazgo comienza a mostrarse ante nosotros con todo su esplendor mientras atravesamos pintorescos lugares como Cañada de Benatanduz, un pequeño pueblo de gran belleza. Poco después, las dos torres de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción indican la proximidad a Villarluengo; los alrededores de esta localidad cobijan varios de los puntos naturales más interesantes de Aragón.
Pocos kilómetros después encontramos el desvío hacia Pitarque, famoso por ser el punto de partida del sendero que conduce al nacimiento del río Pitarque, una espectacular surgencia de agua que visitaremos en otra ocasión y que os recomendamos de todo corazón tener muy presente en vuestras agendas. Más adelante nos adentramos en un tramo de carretera estrecho y sinuoso en el que encontramos varios miradores que apuntan a una de las postales más impresionantes de Teruel: los Órganos de Montoro. Estos son unas formaciones geológicas de era cetácica, originadas tras una prolongada erosión hídrica, que se alzan sobre el abrupto terreno del Maestrazgo dando lugar a una espectacular imagen que seguro se quedará grabada en vuestro cerebro por mucho tiempo. Buscamos un buen punto de observación donde detener la moto y aprovechamos la presencia de estos legendarios bloques de piedra para descansar mientras nos deleitamos con su visión.
La geología del Maestrazgo nos tiene hipnotizados, pero debemos seguir nuestra RUT.A. Atravesamos lugares como Ejulve y dejamos atrás varios desvíos que se adentran en las Cuencas Mineras. Si tuviésemos el tiempo suficiente nos perderíamos en ellas sin pensarlo ni un minuto, pero tenemos que seguir nuestra hoja de ruta. No obstante, no está de más comentaros que en esta comarca turolense podéis encontrar lugares como el parque geológico de Aliaga o el Museo Minero de Escucha, uno de los equipamientos culturales más interesantes de toda la provincia y en el que tendréis la oportunidad de sumergiros en una auténtica mina de carbón en desuso excavada bajo tierra. En un buen plan para ir en familia.
Al cabo de un buen rato de conducción, tomamos el desvío de la carretera TE-41 en dirección a Molinos. Lo primero que hacemos al llegar es buscar un lugar donde comer, a poder ser alguno que nos ofrezca un plato de carne de cordero cocinada a la manera local. Una vez satisfecho nuestro apetito, recorremos el lugar disfrutando de su abrupto perfil mientras nos acercamos a las Grutas de Cristal. Tras adquirir la entrada, leemos que estas grutas están formadas por un entramado de salas y galerías subterráneas que cuentan con un gran número de estalactitas, estalagmitas, columnas y otras formaciones similares. Una vez dentro, la belleza de este sitio nos deja sin palabras; lo mejor, desde luego, será que lo comprobéis por vosotros mismos.
Llegamos al Matarraña, la Toscana española.
Ahora sí, por fin llegamos al Matarraña. Tanto por su belleza natural como por el encanto de sus pueblos y ciudades, esta comarca ha sido popularmente identificada como “la Toscana española”. Poner solo un pie en ella es suficiente para comprobar que este apelativo no resulta exagerado. Aproximadamente a unos 60 minutos de Molinos se encuentra La Fresneda, nuestra siguiente parada. Hemos pasado de largo Calanda y Alcañiz pero no os preocupéis que los visitaremos en la siguiente RUT.A. de camino al mar de Aragón.
La Fresneda es una localidad con una larga historia a sus espaldas. Situada estratégicamente en las faldas de una colina, inicialmente perteneció a los musulmanes, pero fue reconquistada por Alfonso II de Aragón El Casto y donada posteriormente a los caballeros de la orden de Calatrava. Dada la importancia de su patrimonio, la villa fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1983. Si no habéis estado de verdad que os sorprenderá. Es de obligada visita recorrer la calle Mayor hasta terminar en la plaza del mismo nombre, donde se encuentra su impresionante ayuntamiento Gótico-Renacentista. Seguro que esta plaza os sonará ya que ha sido escenario cinematográfico de nuestro cine en más de una ocasión. Fue elegida, entre otros, por Vicente Aranda para grabar algunas de las escenas de la película Libertarias. ¿Os suenan Ana Belén, Victoria Abril o Ariadna Gil? Pues fijo que la habéis visto.
Otros lugares que no os debéis perder son la casa del Encomendador y el palacio del Marqués de Tosos, ambos del siglo XVI, las iglesias de Santa María la Mayor y de la Virgen del Pilar, ambas del siglo XVII o el castillo Calatravo.
En cuanto a su la gastronomía, las inmediaciones de esta localidad son muy propicias para la elaboración de productos de gran calidad, como el Melocotón de Calanda DO, el Jamón de Teruel DO o el Aceite del Bajo Aragón DO.
Ahora que ya sabemos un poco más sobre este pueblo, volvemos sobre nuestros pasos hasta Valjunquera para tomar el desvío hacia nuestro siguiente destino: Calaceite. Serán apenas 20 minutos de ruta. Este será el segundo lugar matarrañés que vamos a tener el honor de visitar esta tarde y que nos invita a un agradable paseo por sus calles empedradas repletas de casas solariegas y de una arquitectura tradicional francamente destacable. Encontramos algunos monumentos como el ayuntamiento y la iglesia de la Asunción y nos acercamos hasta el Museo Juan Cabré, que rinde homenaje a este arqueólogo local cuyo trabajo es el responsable de la consideración de Calaceite como una zona de especial interés para prehistoriadores.
Esta comarca tiene aun mucho que ofrecernos, así que conducimos unos kilómetros en dirección sur adentrándonos en las tierras montañosas de los Puertos de Beceite. Aquí podemos disfrutar de un paisaje rocoso, verde, abrupto y caprichoso, repleto de cañones y gargantas fruto del paso del tiempo y la erosión. Nuestro destino es Beceite, su casco histórico de ensueño y las agradables orillas del río Matarraña, que nace en estos terrenos dejando a su paso varias pozas muy recomendables para un baño fresquito en verano. Entramos a la población atravesando su famoso puente medieval del siglo XII y aparcamos la moto para dar un paseo por sus calles y visitar algunos monumentos como la iglesia de San Bartolomé. Tras tomar un refresco disfrutando del ambiente local, aprovechamos que todavía quedan unas horas de luz para acercarnos hasta El Parrizal. Este es un sendero localizado al sur de la localidad que sigue el lecho del río Matarraña, en ocasiones sobre un entramado de tablas suspendidas sobre este. Por razones de horario, no nos podemos permitir el lujo de recorrerlo hasta el final pero, desde luego, lo anotaremos junto al resto de lugares pendientes de visitar que hemos ido acumulando durante estos días. ¡Esperamos que vosotros también hayáis ido tomando nota!
El día comienza a llegar a su fin, así que ponemos el timón en dirección norte para recorrer los pocos kilómetros que nos separan de Valderrobres. Ubicado al extremo de un magnífico puente gótico, el portal de San Roque nos da la bienvenida a la localidad. Sin lugar a dudas, Valderrobres invita a recorrerla a pie nada más verla en la distancia, pero nosotros vamos a descansar por hoy y pospondremos la visita para mañana a primera hora.
En este momento, lo que realmente nos apetece es asimilar toda la belleza de la que hemos disfrutado hoy mientras cenamos en algún lugar que nos ofrezca algo de Ternasco de Aragón. Mañana será otro día, uno en el que terminaremos de visitar el Matarraña antes de comprobar dónde está situado el mar de Aragón.
Antes de llegar hasta aquí recorrimos la espectacular comarca de Gúdar-Javalambre. ¿Os gustaría saber más sobre la RUT.A. 12? Aquí encontraréis toda la información.