En la octava etapa de la RUT.A. Ternasco de Aragón continuamos recorriendo la provincia de Zaragoza. Hoy salimos de Tarazona y atravesaremos dos zonas de gran producción vinícola: Campo de Borja y Campo de Cariñena. ¡Carretera, garnacha y Ternasco de Aragón!
El gallo ha cantado temprano hoy en Tarazona. Tras desayunar tranquilamente hemos aprovechado para recorrer de nuevo las calles de la ciudad en espera de que la catedral abra sus puertas. Mientras tanto, nuestra imaginación ha comenzado a rodar por las carreteras que darán forma a la etapa de hoy y nos conducirán a través de lugares donde la presencia del vino y la uva garnacha serán constantes.
Puntuales como clavos, nos presentamos ante la puerta principal de la catedral de Santa María de la Huerta. Este edificio que comenzó a construirse a mediados del siglo XII, muestra en la actualidad un renovado aspecto en el que se cruzan estilos arquitectónicos como el gótico, el mudéjar, el renacentista o el barroco. ¡Toda una amalgama artística! Desde hace unos años, la catedral ha vuelto a abrir sus puertas al público tras una rehabilitación que ha durado décadas. Hoy en día, es el mayor atractivo turístico de Tarazona y uno de los más importantes reclamos patrimoniales de Aragón. Como anécdota, podemos decir que en el cimborrio se ocultaron durante siglos pinturas mitológicas con desnudos. Estas, nada habituales en una catedral, pueden verse perfectamente en la actualidad.
Hacia la tierra de la garnacha
Tras la visita, que recomendamos fervientemente, dejamos atrás la ciudad natal de Paco Martínez Soria y tomamos de nuevo la carretera N-122 en dirección a Borja. Aunque ayer ya pasamos por esta localidad, es un placer recorrer de nuevo esta tierra fértil en olivos, almendros, frutales y verduras. Además, aquí se localiza un importante centro de producción vinícola de uva garnacha.
Dejando atrás huertos y campos de vides, nos aproximamos a Ainzón. El consejo regulador de la Denominación de Origen Campo de Borja, así como varias bodegas de renombre, se encuentran en esta localidad. A los pocos minutos alcanzamos Bureta, hogar histórico de los condes que llevan su mismo nombre. Paseamos por sus calles hasta toparnos con la iglesia de la Santa Cruz, un monumento de sólida factura barroca al que parece faltarle una torre al mirarlo de frente. ¿No os da a vosotros esa impresión? Justo a su lado se encuentra el palacio de los Condes de Bureta, cuya elegante figura es un claro ejemplo de arquitectura civil renacentista. El palacio hace ya años que dejó de actuar como tal, pasando a ser la hostelería su actividad habitual.
Zapatos y un antipapa
Retomamos la carretera A-1301 y recorremos un paisaje salpicado por más campos de vides que nos conduce hasta Illueca. No son pocos los que asocian directamente la localidad con el calzado, pues este constituye una de sus principales actividades económicas y sus calles se encuentran llenas de tiendas, almacenes y outlets. Si hacéis memoria, seguro que recordaréis haber escuchado más de una vez alguna frase parecida a “he estado en Illueca comprando zapatos”. Aun así, su principal atractivo continúa siendo el palacio del Papa Luna, una impresionante construcción que corona el lugar desde el siglo XIV. En este palacio nació en 1328 el que luego fuese el antipapa Benedicto XIII y del que, por cierto, deriva la famosa expresión “mantenerse en sus trece”. ¿Lo sabíais?
Tras visitar el palacio, volvemos a la carreta buscando la A-2 para, al cabo de unos pocos kilómetros en dirección norte, llegar hasta las faldas de la sierra de Algairén, donde se encuentra La Almunia de Doña Godina. El curioso nombre de esta localidad deriva de Doña Godo de Foces, Doña Godina para los amigos, una adinerada vecina de los alrededores que en el siglo XII dona una almunia a la orden de San Juan de Jerusalén para que instalase ahí un hospital. Aparcamos la moto y buscamos un sitio donde comer algo. Mientras tanto, nos acercamos a contemplar la torre mudéjar de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y el conjunto patrimonial de la Orden de San Juan de Jerusalén.
Los alrededores de La Almunia de Doña Godina, además de ofrecer un terreno muy recomendable para practicar deportes como el senderismo o el ciclismo, cuentan con algunos atractivos patrimoniales que desgraciadamente no vamos a poder visitar hoy. De todas formas, podéis anotar estas tres recomendaciones: el santuario de Ródanas, al norte de la localidad; el palacio de los Condes de Aranda, en Épila; y las Hermanicas de Rueda, dos torres en no muy buen estado de conservación asociadas al castillo de Rueda de Jalón. Nosotros los apuntamos para más adelante, ahora tenemos que dirigirnos a la última parada de la etapa.
Nos adentramos en Cariñena
Ya que hemos empezado en tierras vinícolas, parece lógico terminar de la misma manera. Nos dirigimos hacia las tierras pedregosas de Cariñena a través de una larga recta en la carretera A-220. Esta denominación de origen es la más antigua de Aragón y una de las veteranas de España. En el centro del lugar se sitúa la localidad que le da nombre y donde se concentran un buen número de bodegas. Cariñena es una población agradable que se presta al paseo disfrutando de su ambiente y su patrimonio. El torreón de Las Monjas, la iglesia de la Asunción, el peculiar edificio de su Ayuntamiento o el Centro de Interpretación del Ferrocarril de la Comarca Campo de Cariñena son algunos ejemplos de la riqueza local.
Queremos visitar una bodega y en esta ocasión nos dirigimos a Grandes Vinos, una de las más reconocidas de la zona. La degustación con la que termina el recorrido despierta nuestro apetito y nos damos cuenta de que va siendo hora de cenar. Nos han recomendado uno de los establecimientos participantes el concurso del Ternasco de Aragón; La Rebotica. Una antigua farmacia reconvertida en restaurante donde se puede comer lo mejor de la cocina regional elaborada de manera cuidadosa y siempre acertada. Aunque por lo visto solo abre en horario de comidas, por lo que buscaremos alguna otra opción con la que llenar el estómago.
*Encontraréis esta y otras propuestas gastronómicas de la provincia de Zaragoza en la web del Concurso del Ternasco de Aragón 2018.
Bueno, la etapa de hoy ha llegado a su fin. Mañana seguiremos recorriendo la provincia de Zaragoza hasta los bellos parajes del monasterio de Piedra, acercándonos poco a poco a Teruel. ¡Qué ganas tenemos!
¿Todavía no sabéis cómo hemos llegado hasta este punto? Aquí encontraréis la respuesta.